PSICOLOGÍA DE LA ENVIDIA. Análisis sociocultural del acto de compararse con el otro.

PSYCHOLOGY OF ENVY. Sociocultural analysis of the act of comparing with the other.

Summary

Etymologically, the word ENVY comes from the Latin INVIDERE, "to look with evil eyes". Envy is an unpleasant feeling caused by the act of comparing yourself with other people who have achieved some kind of success. Consequently, the person accustomed to compare with others, becomes aware of their own limitations and / or deficiencies, which generates bodily sensations associated with anger, sadness and / or fear. 

Human minds seek self-knowledge and self-improvement, so comparing with others is a natural and automatic cognitive process. However, the core of envy is of sociocultural origin, since it lies in the fact that the person who envies others has formed an implicitly unrealistic and / or overvalued SELF model because of poor self-knowledge and the presence of stereotypes (social categorizations, for example: racism) that distort their reasoning. This lack of awareness of their own system of mediation, negative stereotypes will influence decision-making, etc. It is this false mental model, which generates a psychological crisis when it becomes aware of its lack of success in comparison with the significant other.

For a scientific approach to the subject and motivate future research, in this article we will make a sociocultural analysis with the unit of analysis: Agent - Instrument to solve the origin, nature and evolution of envy.

ÍNDICE

1. Caracterización de la envidia.

1.1. Definición de la envidia.

1.2. ¿Qué es lo que se envidia del otro?   

2. Entender las emociones como sistemas funcionales complejos.

2.1. La mente como sistemas funcionales complejos.

2.2. Las emociones y los sentimientos como sistemas funcionales complejos.

3. Análisis genéticos de los sentimientos de envidia.

3.1. Nivel de análisis filogenético de la envidia.

3.2. Nivel de análisis histórico cultural de la envidia.

3.3. Nivel de análisis ontogenético de la envidia.

3.4. Nivel de análisis microgenético de la envidia.

4. Conclusiones.

5. Referencias bibliográficas.  

Vídeo 1. Envidia causada por estereotipo racial. 

1. CARACTERIZACIÓN DE LA ENVIDIA

Para un abordaje científico del tema y motivar futuras investigaciones, en el presente artículo haremos un análisis sociocultural con la unidad de análisis: Agente – Instrumento para resolver el origen, la naturaleza y la evolución de la envidia.
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1.1. DEFINICIÓN DE LA ENVIDIA

Etimológicamente, la palabra ENVIDIA deviene del latín INVIDERE, “mirar con malos ojos”. La envidia es un sentimiento displacentero causado por el acto de compararse con otras personas que han logrado algún tipo de éxito. En consecuencia, la persona habituada a compararse con otros, toma consciencia de sus propias limitaciones y/o carencias, lo cual le genera sensaciones corporales asociadas a la ira, la tristeza y/o el temor (véase cuadro 1). 

EMOCIÓN PRIMARIA	SENTIMIENTOS ASOCIADOS A LA ENVIDIA
IRA	Resentimiento, cólera, irritabilidad, hostilidad y/u odio patológico.
TEMOR	Ansiedad, celos, preocupación, miedo y/o fobias.
TRISTEZA	Congoja, pesar, pesimismo, pena, soledad, autocompasión, frustración, abatimiento, desesperación y/o depresión.

Cuadro 1. Sentimientos asociados a la envidia.

Las mentes humanas buscan el autoconocimiento y la auto-mejora, por lo cual, compararse con otros es un proceso cognitivo natural y automático. Sin embargo, el núcleo de la envidia es de origen sociocultural, pues reside en el hecho de que la persona que envidia a otros ha formado un modelo de SELF implícitamente irreal y/o sobrevalorado a causa de un deficiente autoconocimiento y la presencia de estereotipos (categorizaciones sociales, por ejemplo: racismo) que distorsionan su razonamiento. Esta falta de conciencia de su propio sistema de mediación (véase figura 1) y los estereotipos negativos influirán en la toma decisiones, etc. Es éste falso modelo mental, el que le genera una crisis psicológica al tomar consciencia de su falta de éxito en comparación con el otro significativo (véase cuadro 2).         

Basándonos en Vigotsky (1993 a) y Goleman (1996), podemos afirmar que los sentimientos de envidia van engendrando relaciones interfuncionales de, al menos, tres familias de emociones primarias (ira, temor y/o tristeza). La manifestación comportamental de los sentimientos asociados a la envidia dependerá de la historia personal y las circunstancias sociales de quien la vivencia. En conclusión, los sentimientos de envidia generarán un desarrollo emocional anómalo (reacciones emocionales no reguladas por el lenguaje). Esto se evidenciará en las características de una personalidad conflictiva, baja autoestima y sentimiento de inferioridad. Afortunadamente, la envidia no es una reacción innata, sino un sentimiento (emoción consciente) de origen sociocultural. Por lo tanto, la envidia puede ser autocontrolada con estrategias educativas que eviten el hábito de compararse. El desarrollo emocional implica dejar de ser “reactores emocionales” para pasar a ser “actores emocionales”.

1.2. ¿QUÉ ES LO QUE SE ENVIDIA DEL OTRO?  

La unidad de análisis sociocultural de la mente, el sistema Agente – Instrumento nos permite responder a la pregunta: ¿Qué es lo que se envidia de otra persona? La respuesta es: el éxito en alguna actividad social (cuadro 2). 

Tipo de éxito	Estereotipos y valores perseguidos por el Agente	Instrumentos cognitivos (Habilidades intelectuales)
Social	Tener ascendencia sobre otros, ocupar una situación bien visible, conseguir una serie de triunfos.	Lingüística, Interpersonal, Cinestésicocorporal, Musical y/o Espacial.
Económico	Enriquecerse y tener bienes materiales, manejar grandes negocios, tener éxito en las actividades que se emprenden.	Lingüística, Interpersonal, Intrapersonal y/o Logicomatemático.
Intelectual	Hacerse de un nombre en los medios literarios o artísticos, hacer descubrimientos científicos.	Lingüística, Espacial, Musical, Logicomatemático, Cinestésicocorporal y/o Naturalista.
Personal	Tener una existencia bastante tranquila, vivir libre aunque sea privado de confort, poder sacar adelante a la familia, etc.	Intrapersonal, Interpersonal y/o Lingüística.

Cuadro 2. Tipos de éxito (Naville,1975) y  modos de mediación basados en la teoría de inteligencias múltiples de Gardner (1994). 

Si el agente cuenta con adecuados modos de mediación (instrumentos: conocimientos, habilidades intelectuales, apoyo familiar, recursos materiales, instituciones educativas, organizaciones laborales, etc.) tendrá mayores posibilidades de alcanzar sus objetivos (figura 1). Centrándonos en el agente, podemos identificar los siguientes factores humanos como causales del progreso individual, familiar y social:

1) Inteligencia normal, personalidad sana y aspiraciones.

2) Influencias y apoyo familiar.

3) Oportunidades educativas.

4) Fuerza de voluntad en el desempeño educativo.

5) La suerte.  

Figura 1. Modos de mediación del sujeto para alcanzar sus objetivos (sentido y significado de sus objetivos). Mediadores físicos (herramientas y recursos físicos); mediadores intrapsicológicos (signos: lenguaje, etc.). Mediadores interpsicológicos (Reglas: Esquemas y guiones culturales; Comunidad: interacción social en la familia, en instituciones educativas, en organizaciones laborales, etc.; División del trabajo: Roles asumidos en la actividad social como juego, estudio y trabajo). 

2. ENTENDER LAS EMOCIONES Y LOS SENTIMIENTOS COMO SISTEMAS FUNCIONALES COMPLEJOS  

2.1. LA MENTE COMO SISTEMAS FUNCIONALES COMPLEJOS

La mejor caracterización de la mente humana, con sus componentes emocionales y cognitivos, es la propuesta por Lev Vigotsky (1979 y 1995): sistemas funcionales complejos del cerebro. Demostrando ser el “psicólogo que vino del futuro”, definió a los procesos mentales con dos instrumentos conceptuales dominantes hoy en neurociencias: sistema y función.

Vigotsky, con su unidad de análisis psicológico (sistema agente – instrumento), avizoró que la actividad mediada por el lenguaje y los artefactos culturales, reorganiza el cerebro formando nuevas relaciones interfuncionales. Por ejemplo, el lenguaje va mediatizando a las demás funciones mentales (atención, percepción, memoria, etc.) hasta formar sistemas funcionales complejos en el cerebro humano. La demostración empírica de esta tesis fue realizada por Alexander Luria (1974 y 1977), fundador de la neuropsicología moderna. La existencia de sistemas funcionales complejos (redes funcionales neurocognitivas) y el papel organizador del lenguaje en las demás áreas corticales se pueden observar en la actualidad con las técnicas de neuroimágenes. 

Vigotsky (1979 y 1995), clasificó la actividad mental en:

1° Funciones psicológicas elementales.- Son de naturaleza biológica: las emociones básicas, la percepción automática, los reflejos sensoriales y motores, la atención involuntaria, la memoria mecánica (eidética), imaginación reproductiva, pensamiento figurativo, etc. Se denominan "funciones" porque generan una actividad de adaptación específica y son "elementales" porque trabajan de manera aislada, autónoma (en el sentido del concepto moderno de “modularidad de la mente”). Las funciones psicológicas elementales son filogenética y ontogenéticamente anteriores a la aparición de la función reguladora del habla sobre las emociones y la conducta (véase en este blog: “Resolviendo el enigma del habla autodirigida”).

2° Funciones psicológicas Superiores.- Son de naturaleza sociocultural. Se denominan “superiores” porque son actividades mentales sintéticas, trabajan de manera coordinada (relaciones interfuncionales). La actividad mediada por el lenguaje y la cultura obran una reorganización cerebral, se forman redes funcionales neurocognitivas. Son funciones psicológicas superiores: los sentimientos (emociones conscientes), la percepción inteligente, la atención voluntaria, las memorias sociales (semánticas y episódicas, etc.), el pensamiento conceptual, la imaginación creativa, el razonamiento, la planificación, la toma de decisiones, el razonamiento ético-moral, etc.

2.2. LAS EMOCIONES Y LOS SENTIMIENTOS COMO SISTEMAS FUNCIONALES COMPLEJOS   

Todas las reacciones emocionales forman sistemas funcionales de adaptación ante situaciones muy diversas. Basándonos en Paul Ekman (citado en Kandel, 2007) y Daniel Goleman (1996), las emociones primarias forman “familias básicas” que se combinan, varían y mutan generando cientos de emociones (véase cuadro 3). Esta diversificación de las emociones se debe a la consciencia de nuestros estados viscerales y musculoesqueléticos, la historia personal y las circunstancias sociales (Damasio, 2011). Es decir, los factores socioculturales transforman las emociones básicas en sentimientos (emociones conscientes). Hecho que ha sido demostrado por las neurociencias, la antropología cognitiva y la etnopsicología. Por ejemplo, en la cultura japonesa existe el concepto emocional  amae  (“amor dependiente”) que no existe en otras culturas (White, 2002). En cambio, en la cultura alemana existe el concepto emocional schadenfreude (“alegría por la desgracia ajena”) que sí es común en otras culturas (Damasio, 2011).

En consecuencia, desde el punto de vista neurocientífico, las emociones se pueden categorizar en emociones primarias (sin de mediación de la conciencia) y emociones secundarias (más conocidas como sentimientos, emociones conscientes). Las emociones primarias se combinan diversificándose en categorías determinadas por la sociedad y la cultura (Damasio, 2011 y LeDoux, 1999).

EMOCIÓN PRIMARIA	SENTIMIENTOS
IRA	Furia, ultraje, resentimiento, cólera, exasperación, indignación, aflicción, acritud, animosidad, fastidio, irritabilidad, hostilidad y, tal vez en el extremo, violencia y odio patológicos.
TEMOR	Ansiedad, aprensión, nerviosismo, recelo, celos, preocupación, consternación, inquietud, cautela, incertidumbre, pavor, miedo, terror; en un nivel psicopatológico, fobia y pánico.
TRISTEZA	Congoja, pesar, melancolía, pesimismo, pena, soledad, autocompasión, frustración, abatimiento, desesperación y, en casos patológicos, depresión grave.
DISGUSTO	Desprecio, desdén, menosprecio, aborrecimiento, aversión, repulsión.
VERGÜENZA	Culpabilidad, molestia, disgusto, remordimiento, humillación, arrepentimiento, mortificación y contrición.
PLACER	Felicidad, alegría, alivio, contento, dicha, deleite, diversión, orgullo, placer sensual, estremecimiento, embeleso, gratificación, satisfacción, euforia, extravagancia, éxtasis y, en el extremo, manía.
SORPRESA	Conmoción, asombro, desconcierto.
REPUGNANCIA	Antipatía, asco, repulsión.

Cuadro 3. Emociones primarias y sentimientos (emociones conscientes). 

Según Vigotsky (1993 a y b), las emociones forman relaciones interfuncionales con las funciones psicológicas superiores gracias a la mediación del lenguaje. Por lo tanto, es evidente que el desarrollo de los sentimientos (emociones conscientes) es de origen sociocultural. En el caso particular del origen de la envidia, el surgimiento del pensamiento verbal apuntala el desarrollo de la conciencia del yo y el otro. Por ende, el hábito de compararse con otras personas puede ser incrementado en la interacción social dentro de contextos competitivos e individualistas.  

 3. ANÁLISIS GENÉTICOS DE LOS SENTIMIENTOS DE ENVIDIA

Para dar un fundamento teórico al origen, naturaleza y evolución de los sentimientos de envidia debemos analizar los efectos, sobre las emociones, de las cuatro fuerzas evolutivas de la mente humana: ontogenéticas, filogenéticas, histórico-cultural y microgenética.

3.1. NIVEL DE ANÁLISIS FILOGENÉTICO DE LA ENVIDIA

Según Charles Darwin (1985), las emociones cumplen funciones de adaptación y supervivencia en la evolución filogenética de los animales. Así, las emociones son reacciones psicofisiológicas que cumplen funciones de adaptación inteligente y tienen miles de años de evolución biológica. Por lo tanto, las emociones nos permiten reaccionar con sensaciones positivas o negativas ante un hecho o situación.

Gracias a las emociones evolucionaron las funciones básicas de nuestros sistemas de memoria. Así, uno de los primeros tipos de memoria, en aparecer en los animales con sistema nervioso superior, es el condicionamiento clásico simple de Iván Pavlov. El condicionamiento pavloviano tiene la función de hacer recordar o reconocer una experiencia o situación peligrosa y desencadenar el miedo para huir del peligro (Damasio, 2011 y LeDoux, 1999).

El cerebro humano ha evolucionado como una máquina de búsqueda de semejanzas. Nuestros sistemas perceptuales necesitan comparar las cosas y encontrar semejanzas para categorizar el mundo, razonar y resolver problemas (Goldstone, 2002). Es evidente que esta actividad cognitiva natural de la mente humana es la fuente de nuestra gran habilidad para categorizar el mundo, lo cual incluye la comparación entre seres humanos para la formación de estereotipos como estrategias de categorización social. Los estereotipos (percepción de las diferencias raciales, sexuales, sociales, étnicas, etc.) serían una de las fuentes de los sentimientos de envidia.

3.2. NIVEL DE ANÁLISIS HISTÓRICO CULTURAL DE LA ENVIDIA

Las funciones psicológicas superiores del ser humano se desarrollan con las necesidades de la vida en sociedad y la cultura. La complejidad de la organización social exige nuevos sistemas de mediación como la escritura que evoluciona a partir del lenguaje oral. La escritura permite la creación de normas, reglas o códigos (como el de Hamurabi o las leyes de los estados modernos) para el control social y la prevención de conflictos interpersonales. Estas normas sociales mediatizadas por el lenguaje oral y escrito son la fuente de la diversificación sociocultural de los sentimientos (emociones conscientes). Según Vigotsky (1979, 1993 b y 1995), el desarrollo de la consciencia humana es semiótica gracias al lenguaje, que es el mediador de todos los sistemas de mediación (véase figura 1).

La evolución biológica de algunas emociones primarias es tan lenta que en la vida social del hombre moderno han devenido en conductas disfuncionales como la ansiedad, la envidia y el estrés. Por ejemplo, el miedo ante el peligro del ataque de un animal salvaje es muy improbable en la ciudad. Empero, el miedo ha ido adquiriendo nuevas funciones a causa de la sinergia de las cuatro fuerzas evolutivas que estamos analizando en el presente artículo. La función adaptativa del miedo como emoción primaria ha devenido en sentimientos disfuncionales de ansiedad o la envidia por la interrelación funcional de las emociones con el lenguaje (que nos ayuda a evaluar e imaginar el futuro suscitando la incertidumbre).

En el caso de la envidia, surge una mezcla de emociones disfuncionales como frustración, cólera, pena, miedo, etc., producto de la comparación en las relaciones interpersonales y los conflictos generados dentro de una comunidad jerarquizada y la división del trabajo (véase figura 2).

Figura 2. Interacción social en comunidades: instituciones, organizaciones, etc. 

La formación de estereotipos negativos, prejuicios y discriminación en el proceso de socialización serían las fuentes más importantes de los sentimientos de envidia. Cabe mencionar que el psicólogo Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía 2002 por sus investigaciones experimentales en razonamiento y toma de decisiones bajo incertidumbre, afirma que los estereotipos (categorizaciones sociales) son implantados en nuestra memoria por la cobertura mediática. La disponibilidad de nuestra memoria para recordar hechos malos o buenos es implantada en la memoria asociativa por las noticias que generan mayor preocupación y repercusión. Citando a Kahneman: "El círculo es a veces acelerado deliberadamente por "empresarios de la disponibilidad", individuos u organizaciones que trabajan para asegurar un flujo continuo de noticias preocupantes" (Kahneman, 2012: 191). En este sentido, los valores culturales, con los que razona y decide la mayoría de las personas, están en manos de los medios de comunicación. Estos mecanismos socioculturales explicarían, por ejemplo, los estereotipos negativos que generaron prejuicios (envidia) y discriminación hacia los judíos en la alemania nazi.

3.3. NIVEL DE ANÁLISIS ONTOGENÉTICO DE LA ENVIDIA

Las emociones primarias cambian a emociones conscientes (sentimientos) durante la ontogénesis de la niñez a la adultez por la maduración del cerebro y la comunicación (interacción adulto – niño). Vigotsky (1993 b), explicó el desarrollo ontogenético del habla autodirigida (o egocéntrica) a partir del habla externa (comunicativa) que se va internalizando hasta transformarse en una especie de “Borrador mental” para usos estratégicos en las funciones psicológicas superiores como el pensamiento verbal, el Self (autoconocimiento y autorreferencia), el razonamiento moral ("la voz de nuestra conciencia") y las memorias sociales: memorias explícitas (Semánticas y Episódicas) y memorias implícitas (Procedimentales y Emocionales). La internalización del habla se observa en las actividades lúdicas de los niños entre los 3 a 6 años de edad. Hacia los 6 años de edad se va "extinguiendo" gradualmente, lo cual indica su pliegue hacia un habla interna como mediación cognitiva y emocional (véase en este blog: “Resolviendo el enigma del habla autodirigida”).

Hacia los 6 años de edad el niño ya posee pensamiento verbal, lo cual le permite la formación de conceptos que son los instrumentos del razonamiento humano. Los conceptos son elementos centrales a partir de los cuales se construye el pensamiento proposicional, proporcionando así un medio para comprender el mundo. Los conceptos se usan para interpretar nuestra experiencia, clasificándola y relacionándola con el conocimiento previo almacenado en la memoria de largo plazo. Vigotsky propone un doble sistema de formación de conceptos de estructura jerárquica piramidal. Por razonamiento inductivo (bottom-up) con el lenguaje oral, el ser humano desarrolla conceptos vulgares o concretos, los cuales se usan en las actividades de la vida cotidiana. En cambio, por razonamiento deductivo (top-down) se forman los conceptos académicos o abstractos mediante el lenguaje escrito característico de la actividad escolarizada.  

Las actividades de conceptualización están relacionadas con la capacidad perceptual de categorizar el mundo y formar estereotipos (categorías sociales). La categorización social es el proceso por el cual los seres humanos distintos son tratados como equivalentes. Por consiguiente, la categorización social es fundamental porque nos permite comprender el comportamiento de los grupos sociales y hacer predicciones acerca de sus miembros. Los estereotipos (percepción de las diferencias raciales, sexuales, sociales, nacionales, profesionales, etc.) se forman en la interacción social y potencialmente, según las condiciones socioculturales, generan sentimientos positivos o negativos hacia otros seres humanos y tienden a perpetuarse (Dovidio, 2002).

Video 2. Envidia causada por estereotipo sexual  (querer ser el otro).  

 3.4. NIVEL DE ANÁLISIS MICROGENÉTICO DE LA ENVIDIA

La psicología sociocultural sostiene que la actividad humana, mediatizada con diversidad de sistemas de mediación, va sintetizando las funciones psicológicas elementales para ir asumiendo tareas mucho más complejas. Así, en el desarrollo ontogenético, van apareciendo las funciones psicológicas superiores y un nivel de organización denominado conciencia que podemos identificar con la memoria operativa (Baddeley, 1998; LeDoux, 1999; Goleman, 1996 y Damasio, 2011).  La conciencia es un nivel de coordinación y organización de funciones psicológicas cuya finalidad es interpretar, evaluar, monitorear los estados mentales.  Asimismo, la actividad humana va configurando la personalidad, en el sentido de conjunto de comportamientos que diferencian a unas personas de otras, mostrando la manera característica de cómo piensa, siente y actúa de manera estable y coherente. 
 

A nivel microgenético (cambios a corto plazo, on line), existe bastante evidencia neurocientífica de que el razonamiento y los sentimientos son producto de la evaluación cognitiva (en 200 milisegundos) que ejecuta el sistema cerebral denominado memoria operativa (figura 3). Esto significa que no hay razonamiento sin emociones; ni emociones sin razonamiento (Damasio, 2011; LeDoux, 1999 y Kandel, 2007). La memoria operativa es el sistema funcional complejo del cerebro donde residen los procesos de conciencia reflexiva que estudiaron los psicólogos del desarrollo Jean Piaget y Lev Vigotsky.  

Si el sistema de memoria operativa (y su función de hacer consciente las sensaciones, percepciones y pensamientos) es la base material del big bang de las funciones psicológicas específicamente humanas (incluyendo el desarrollo de emociones y sentimientos), entonces no quedan dudas de la importancia del lenguaje en el desarrollo ontogenético y microgenético tal como lo concibió Vigotsky. Pues, el lenguaje oral y escrito es crucial en el modelo de memoria operativa. Los operarios Bucle fonológico (habla interna) y Agenda visoespacial (imágenes) son los medios para la adquisición de esquemas (valores) y guiones (normas) necesarios para coordinar y cooperar en las actividades sociales (véase figura 1). Esto significa que los sentimientos (emociones conscientes) no dependen sólo de la maduración o edad cronológica del individuo sino de la educación y la experiencia social.  

Figura 3. Sistema de memoria operativa propuesto por Alan Baddeley. 

Operario Bucle fonológico (habla interna, funciones: repaso para memorizar y ampliación de la retención de información on line). Operario Agenda visoespacial (manipulación de imágenes visuales o espaciales, funciones: memorizar y crear escenarios futuros). Operario Almacén episódico (recuperar recuerdos autobiográficos para contextualizar las situaciones y actualizar el Self ). Ejecutivo central: Sistema para coordinar recursos atencionales según la tarea de aprendizaje, comprensión o razonamiento).   

Según Vigotsky, las psicopatologías son la desintegración de los sistemas funcionales complejos. Es decir, las funciones psicológicas superiores, mediatizadas por el lenguaje, regresionan a un nivel de funciones elementales. En este sentido, el lenguaje fracasaría en sus funciones de regulación de la conducta, planificación y resolución de problemas. La misma idea propone LeDoux (1999) y Damasio (2011) cuando analizan las funciones de la memoria operativa en relación a la emoción de miedo, que es la que más se ha investigado experimentalmente. En una fobia por condicionamiento clásico simple, los operarios trabajan de manera desintegrada generando una conducta anómala en la persona. En este sentido, podemos inferir que los sentimientos de envidia generan una actividad disfuncional de la conciencia, caracterizada por imaginar escenarios fantasiosos (véase vídeo 2). Lo cual implica, además de sufrimiento, la potencial toma decisiones reñidas contra la moral.

4. CONCLUSIONES

·         La envidia es un sentimiento displacentero causado por el acto de compararse con otras personas que han logrado algún tipo de éxito.

·         El núcleo de la envidia es de origen sociocultural, específicamente reside en la formación de un modelo de SELF implícitamente irreal y/o sobrevalorado a causa de un deficiente autoconocimiento y la presencia de estereotipos negativos (por ejemplo, racismo) que distorsionan su razonamiento.

·         Los sentimientos de envidia caracterizarán una personalidad conflictiva, baja autoestima y sentimiento de inferioridad.

·         La envidia puede ser autocontrolada con estrategias educativas. El desarrollo emocional implica dejar de ser “reactores emocionales” para pasar a ser “actores emocionales”.

·         Debemos ser conscientes que las personas exitosas tienen sistemas de mediación que incluyen: conocimientos, habilidades intelectuales, apoyo familiar, recursos materiales, buenas instituciones educativas, buenas organizaciones laborales y también de una pizca de buena suerte.

·         Las emociones y los sentimientos son sistemas funcionales del cerebro.

·         La diversificación de las emociones se debe a la consciencia de nuestros estados viscerales y musculoesqueléticos, la historia personal y las circunstancias sociales.

·         El hábito de compararse con otras personas puede ser incrementado en la interacción social dentro de contextos competitivos e individualistas.  

·         El cerebro humano ha evolucionado como una máquina de búsqueda de semejanzas. Nuestros sistemas perceptuales necesitan comparar las cosas y encontrar semejanzas para categorizar el mundo, razonar y resolver problemas.

·         La formación de estereotipos negativos, prejuicios y discriminación en el proceso de socialización serían las fuentes más importantes de los sentimientos de envidia.

·         Los estereotipos (percepción de las diferencias raciales, sexuales, sociales, nacionales, profesionales, etc.) se forman en la interacción social y potencialmente, según las condiciones socioculturales, generan sentimientos positivos o negativos hacia otros seres humanos y tienden a perpetuarse

·         Los neurocientíficos identifican a la conciencia humana con la memoria operativa.

·         La memoria operativa es la base material del big bang de las funciones psicológicas específicamente humanas (incluyendo el desarrollo de emociones y sentimientos).

·         Las psicopatologías son la desintegración de los sistemas funcionales complejos. Es decir, las funciones psicológicas superiores, mediatizadas por el lenguaje, regresionan a un nivel de funciones elementales.

·         Los sentimientos de envidia generan una actividad disfuncional de la conciencia, caracterizada por imaginar escenarios fantasiosos.

Vídeo 3. Entrevista al filósofo Fransesc Torralba.

5. Referencias bibliográficas

Baddeley, A. (1998) Memoria humana. Teoría y práctica. McGraw-Hill. Madrid.

Damasio, A. (2011) El error de Descartes. La emoción, la razón y el cerebro humano. Destino. Barcelona.

Darwin, Ch. (1985) Expresión de las emociones en los animales y en el hombre. Planeta. Barcelona.

Dovidio, J. F. (2002) Estereotipos. En Wilson, R. A. y Keil, F. C. (2002). Enciclopedia MIT de ciencias cognitivas. Volumen I. Síntesis. Madrid.

Gardner, H. (1996) Estructuras de la mente. Teoría de las inteligencias múltiples. Fondo de Cultura Económica. México.

Goleman, D. (1996) La inteligencia emocional. Javier Vergara editor. Buenos Aires.

Goldstone, R. (2002) Semejanzas. En Wilson, R. A. y Keil, F. C. (2002). Enciclopedia MIT de ciencias cognitivas. Volumen II. Síntesis. Madrid.

Kandel, E. R. (2007) En busca de la memoria. El nacimiento de una nueva ciencia de la mente. Katz. Buenos Aires.

Kahneman, D. (2015). Pensar rápido, pensar despacio. Madrid: Debate.

LeDoux, J. (1999) El cerebro emocional. Planeta. Barcelona.

Leontiev, A. N. (1978). Actividad, conciencia y personalidad. Ciencias del Hombre: Buenos Aires.

Luria, A. R. (1974). El cerebro en acción. Barcelona: Fontanella.

Luria, A. R. (1977). Las funciones corticales superiores del hombre. Orbe: La Habana.

Naville, P. (1975). Teoría de la orientación profesional. Alianza editorial: Madrid.

Vigotsky, L. S. (1979) El desarrollo de los procesos psicológicos superiores. Crítica. Barcelona.

Vigotsky, L. S. (1993 a) Las emociones y su desarrollo en la edad infantil. Obras escogidas. Tomo II. Visor. Madrid.

Vigotsky, L. S. (1993 b) Pensamiento y lenguaje. Obras escogidas. Tomo II. Visor. Madrid.

Vigotsky, L. S. (1995) El problema de las funciones psíquicas superiores. Obras escogidas. Tomo III. Visor. Madrid.

White, G. (2002) Etnopsicología. En Wilson, R. A. y Keil, F. C. (2002). Enciclopedia MIT de ciencias cognitivas. Volumen I. Síntesis. Madrid.